Te cuentan que vas a visitar una sima, te informan que hay que descender 103 metros, te ilusionas con ese paseo en barca por un río subterráneo que no te acabas de creer...
Y cuando llegas a la boca de la sima te agarras a la barandilla de protección y no sabes que decir, sobretodo si no estás acostumbrada a ese paisaje y yo no lo estaba.
Unos tramos en ascensor y otros a pie . Empieza el descenso.
Antes de entrar en las entrañas de esta tierra que habitamos y que solo unos pocos saben algo de ella, levantas la cabeza y te despides del cielo. Entras en un mundo en el que el ser humano solo le queda la admiración por la grandeza del poder de la Tierra.
Unas pocas imágenes del lugar. Guardo la cámara en mi mochila no solo porque las gotas que se filtran buscan seguir su camino en estalactitas y estalagmitas ...y en mi cabeza. Se llega a un lago subterráneo llamado El Lago de la Lluvia, el nombre lo dice todo. No hice foto de él, mi imagen sería un insulto a tanta belleza.
Nos han contado quien y cómo descubrió la sima , pero este blog no ha sido creado para contar lo que tan bien está contado en páginas especializadas sobre el tema .
Mágico lugar.
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