Cuando los vivos se empeñan en que sus muertos no acaben de irse y si es que lo hacen que sea en buena compañía.
Espacios muy diferenciados que dejan claro quien fue y quien no.
Como la vida misma
Hoy os traigo un recorrido guiado por el Cementerio más antiguo de la ciudad de Barcelona. Es mi primera visita histórica-fotográfica a un cementerio y de todo lo visto que me ha sorprendido, emocionado, sobrecogido y más … me quedo con esta imagen que os pongo a continuación.
No sé si es querer o no querer el olvido pero está rodeada de poder y suntuosidad. Todo lo visitado en este campo santo cuenta su historia. En esta parcela delimitada por una cerca de hierro forjada y una hilera de piedras; un número y una flor.
Me parece un buen resumen.
Pero ¿Qué tiene el cementerio de Poblenou?
Os lo mostraré
Tiene de todo y tras épocas de olvido y hasta de destrucción por las tropas napoleónicas en la actualidad hay empeño de que siga como parte importante, con estilo de cementerio mediterráneo como los de las históricas y hermosas ciudades que rodean a este mar.
Una distribución de calles clasificadas por zonas que marcan las diferencias profundas de cualquier sociedad pero que confluyen en la plaza principal a modo de foro romano.
En el centro se levanta un cenotafio en recuerdo a los médicos que en 1821 lucharon contra la fiebre amarilla que se llevo a muchos.
Callejeemos por la ciudad de los muertos.
La zona noble con sus calles sus verjas y sus jardines propios
La zona de los pobres o fosa común. Un gigantesca cruz celta marca el anónimo lugar.
La impronta de una etnia.
La burguesía modernista
Lo popular. El venerado nicho de Francesc Canals conocido por los del lugar como "El Santet"
Se le pide Amor y Salud y se dice que no deja súplica sin respuesta. Un joven que predijo su muerte, la sanación de su padre de la ceguera que padecía y el incendio del Siglo, lugar en el que había trabajado.
Velas, flores, notas manuscritas... cuando el "El Santito" obra, se está obligado a volver a él y darle las gracias.
Cuando se teclea en el buscador Cementerio de Poblenou, se encuentra básicamente lo que os acabo de contar sobre el joven que predecía el futuro y también encontraréis la que se ha hecho la más conocida de sus tumbas
El beso de la muerte.
Con una estética gótica los padres que pierden a su joven hijo hacen que su recuerdo nos llegue a todos.
Ahora y siguiendo el paseo un poco de la historia de este lugar.
Si llegáis hasta el final os prometo que la última imagen os dejara una sonrisa que también cabe en este recorrido.
Corría el año 1775 cuando por razones de salubridad se optó por no enterrar al lado de las parroquias a los muertos. Este lugar fue el primero en hacerlo pero a las familias pudientes no les gustó la idea preferían estar cerca de quién pensaban podía echarles una mano en la otra vida pero estas mismas familias y como no podía ser de otra manera también supieron ver que si compraban espacios para erigir sus mausoleos contra más ostentosos mejor aquí se compraba más barato, o al menos esa fue una de las buenas razones , seguro que hubieron otras así que … en el XIX todo burgués, fabricante, indiano, y demás cultos e instruidos de la época valoraron y mucho residir en este lugar.
Predominan los ángeles que son los acompañantes predilectos de moderados-conservadores que ponen sus ojos en el espacio que les sale económicamente a cuenta dado su precio por el inicial desprecio a no estar bajo tierra sagrada y que además eran las clases sociales más pobres las que allí iban a parar pero solo consistía en delimitar la zona y comprar mucho mucho.
Así surgirían panteones y capillas monumentales.
Como esta de estilo neoclásico.
O esta otra
Vamos acabando el recorrido por la zona monumental.
Y lo dicho.
Para cerrar nuestro guía nos lleva hasta el nicho 3719.
Y nos lee …
Versión original, en catalán.
“Josep Verneda em diguí. Jo, que sense mal ni dañs, pasats setanta nou añs, robusto y trempat visquí, un metje…, no diré qui, sols un dia em visità, un vomitiu m’ordenà, responguí que no’l volia, ell digué que’m curaria, i vas morir l’endemà.”
La traducción.
[“Josep Verneda me llamé. Yo, que sin mal ni daños, cumplidos setenta y nueve años, robusto y sano viví, un médico, no diré quién, sólo un día me visitó, un vomitivo me mandó, respondí que no lo quería, dijo él que me curaría, y me morí al día siguiente.”]
Y para redondear la andadura por este lugar.
El Ayuntamiento y la Iglesia tuvieron forcejeos durante muchos lustros para tener el control de los camposantos fuera de las parroquias. En el XIX el Ayuntamiento se hizo con las riendas y llevó a cabo importantes cambios tales como un espacio para enterramientos protestantes, la normalización lingüística de los textos de los epitafios en lo que colaboró La Academia de les Bones Lletres y del que el nicho 3719 es un ejemplo porque además y ya cierro se hacían publicaciones que recogían las inscripciones funerarias más singulares.