domingo, 31 de enero de 2021

LA FINCA GÜELL. HISTORIA Y LEYENDA. EL CONDE EL ARQUITECTO Y EL POETA.

Vamos a relacionar la gran fortuna  del Conde de Güell, con el creativo genio de Gaudí unidos por la leyenda poética La Atlántida obra  de Verdaguer.

Nos adentramos el la G de Güell. El símbolo de la saga.


El dragón alado conocido como Ledón se materializa en hierro fundido y con sus 5 metros de longitud  defiende la verja de la entrada principal a la Finca Güell.

A su lado la puerta del pabellón de la portería que da el acceso a la  finca.

La idea de dos pabellones  el de portería y el administrativo de la finca, Gaudí lo volverá a repetir con algunas variantes en la entrada principal del Park Güell.

Esa torreta que se levanta a un lado de la verja del dragón y sobre el gran medallón con la G de Güell nos indica que si el dragón nos lo permite entraremos en un espació mágico que él con todo su simbolismo astral  protege. A Gaudí y Güell les encantaban estas historias. Es la escultura de un naranjo lo que culmina la columna que nos indica que entraremos entre versos en  la Atlántida,  así se une a nuestra viaje el visionario poeta Jacint Verdaguer. 

Voy a copiar  a continuación parte de un trabajo de la  

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que me parece realmente interesante


"La  cabeza del dragón representa al cuadrilátero de la constelación del Draco y el cuerpo sinuoso del mismo la cinta de estrellas que se retuerce entre las constelaciones de la Osa Menor y la Osa Mayor. Cerca de la cola se pueden  ver un grupo de unas bolas con puntas. 


Estas bolas representan a la Osa Menor. 
 La polar se encuentra más alejada en el extremo superior derecho de la puerta.

 El texto de Verdaguer explica el castigo divino del hundimiento de La Atlántida en diez cantos y una conclusión. El canto segundo se titula “El huerto de las Hespérides” y en él se describe el viaje de Hércules desde Barcelona a Cádiz, donde encuentra al pastor Gerión, que le habla de La Atlántida y de la reina Hesperis, viuda reciente, a la que puede conquistar entregándole la rama cimera del jardín de las Hespérides. Hércules marcha en busca de las naranjas de oro. Desde lejos, al pie del Atlas distingue el jardín y las naranjas doradas. Se acerca al árbol y cuando va a arrancar la rama aparece el dragón con ojos flamígeros. 
Hércules mata al dragón al pie del naranjo mientras las Hespérides lloran desconsoladas. En el canto décimo, el huerto de los naranjos de oro renace en España gracias a la rama que Hércules plantó, mientras que las siete Hespérides se convierten en estrellas. Según la mitología antigua, estas estrellas se recogen en la constelación de la Osa Menor.

 Hay que reconocer que Gaudí representa de forma muy libre las constelaciones. Así el Draco lo representa con la cabeza y “el cuerpo serpenteante” del dragón de hierro. La Osa Menor es un ramillete de bolas con puntas y una mas alejada que representa la Polar. Aunque la Osa Menor tiene siete. Así pues no atiende de forma minuciosa marcando la posición de cada estrella, pero lo que si sitúa de forma correcta es la porción relativa. Así pues las estrellas debajo del cuerpo del dragón y cerca de la pata trasera nunca podrán ser de la constelación de Hércules (que debería estar debajo de la cabeza)."

Verja que da la entrada a los carruajes


El informe es muy extenso y lo podéis encontrar 


Pues bien  vamos a ver el trabajo que se realizó.
Entre 1884 y 1887 Eusebi Güell encargó a su protegido Gaudí construir una serie de pabellones para la finca que estaba engrandeciendo a base de comprar todas las masias que pudo en el entonces independiente municipio de Les Corts de Sarrià.


Gaudí dejó su sello personal con la introducción de parábolas y cúpulas hiperbólicas en los espacios que proyecto

El muro que se conserva es el original  y es de ladrillo (totxo).


La portería, edificación destinada al guarda de la finca consta  de dos pabellones a lado y lado de la verja del dragón.



Las caballerizas

Con el estudio y diseño de las caballerizas  de la finca es donde Gaudí empezó a entusiasmar al conde Güell y a partir de ahí se hicieron inseparables.
La estructura de las caballerizas está formada por una serie de arcos parabólicos de ladrillo y arcadas de maó a la catalana, con perfiles ligeramente  curvados que proporcionan ventilación y luz natural muy beneficiosa para los animales.


Desde el espacio de las caballerizas se pasa por una puerta al picadero (el espacio que se ve al fondo).
 El picadero es de planta cuadrada pero está cubierto por una cúpula circular de ladrillo plano sobre petxines y en ellas se asienta una gran linterna que a parte de ser decorativa aporta mucha luz.


Detalle de la gran tapa de hierro fundido con la G de Gúell que cubre el sumidero situado en el suelo del picadero.


Tanto las cubiertas de la portería y la del picadero están revestidas  con una técnica que en esos momentos era casi desconocida y que más tarde sería un sello identificativo de Gaudí y su escuela, el trencadís.


Pero la finca no llegó a ser lo que Güell había pensado a su muerte sus herederos vendieron una parte al estado para que la familia real española pudiera disponer de una residencia  en la ciudad Condal para cuando la visitaban, la que habían usado se destruyó en un incendio ( no estaban dentro).


De aquella Torre Güell que Gaudí diseñó no queda nada.


Aquella masia recopilación de más masias de la zona  y su gran huerto se transformó en el Palacio Real de Pedralbes, fue Eusebi Bona el arquitecto encargado 1920 . Un edificio noucentista que no concluyo porque presento su dimisión... Hubo que esperar a que llegara la Exposición de Barcelona del 1929 para que se le encargara al arquitecto Francesc Nebot que se centrara en su acabado.

Con la Republica 1931 pasa a manos del Ayuntamiento de Barcelona, será un Museo y a la vez residencia de señoritas Gabriela Mistral estuvo allí.

La Guerra Civil llevó a los que se batían en retirada hasta sus muros y aguantaron como reducto político hasta ser derrotados. 1937 Azaña fija su residencia. 

Franco la ocupará en sus visitas a la ciudad. Eva Perón y Nixon fueron sus huéspedes.  

1960 Patrimonio Nacional acuerda abrirla al público.

1975  Los Borbones vuelven pero ya no a Pedralbes, ocuparan y ocupan  el Palacete Albéniz.

2004  El Ayuntamiento de Barcelona lo cede a la Generalitat.

Y a partir de 2014 permanece cerrado. 

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