Erigida sobre un elevado rocoso conocido como " La Mota" se levanta la Iglesia de San Miguel Arcángel. Una grandiosa escalinata se enrosca y sube desde la Plaza del mercado Viejo hasta el templo.
La escalinata conduce a la zona norte de la iglesia .
Una vez se llega a los pórticos de entrada el imponente conjunto arquitectónico abre arcos apuntados hacia el románico tardío de la construcción.
Una vez se llega se abre una amplia explanada que conduce a la portada principal.
Como nos ha sucedido en más de una ocasión nos encontramos que el recinto estaba cerrado y fue en la gran portada principal donde pasamos un buen rato observando la profusa decoración de talla en piedra que la decora . Gran arco de medio punto sustentado por 10 columnas, 5 a cada lado en los que destacan sus capiteles profusamente decorados. En el centro el Pantocrátor que sucesivamente lo reencuadran 5 arquivoltas . En los muros laterales a la portada relieves alegóricos muy bien conservados .
Damos una vuelta y el paisaje se abre al traspasar muros de arcadas apuntadas y con suerte alguien nos abre la iglesia. ¿Quien dijo que el catalán no abre puertas? el que amablemente nos las abre lo habla y se siente feliz en poder hablar su lengua natal con nosotros.
El templo está sumido en la oscuridad , así que toca preparar la máquina para que "vea"
Una lástima no poder ver con detalle el interior pero a pesar de las tinieblas nos acercamos al retablo mayor que data de 1416 y pertenece a la escuela de escultores aragoneses .
La charla nos acompaña hasta la puerta y allí nos despedimos del hombre que tenía las llaves del templo .... seguro que no era San Pedro o sí.
Y si has llegado hasta aquí , el montajillo como ya es habitual
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