martes, 12 de abril de 2016

MUSEO CERRALBO. MADRID

Después de recorrer sus dependencias estas palabras son las que me quedan como recuerdo.
MANSIÓN - EXHIBICIÓN - OSTENTACIÓN.
Palacio de estilo Neoclásico siglo XVII perteneciente al marqués de Cerralbo, Enrique de Aguilera y Gamboa y que a su muerte allá por el 1922 deja en testamento la mayoría de su colección al Museo Arqueológico de Madrid, el resto de la fastuosa colección parece ser que se conserva en el Museo que hoy lleva su nombre.
Es la segunda vez que mi nada preparada cultura me dice algo al oído.
- Es un almacén de obras de arte valiosas y sin control expuestas bajo un techo museístico y además nacional que cualquier buen postor o coleccionista puede ver y comprar  ..... ¡ Muy mal! no se pueden tener esos mal pensados pensamientos -
Parece ser que el señor marqués tenía este lugar no para vivir si no para mostrar a sus conocidos y admiradores , o no, lo que la política, la historia y su pasión por las excavaciones arqueológicas le habían hecho poseedor de tanta antigüedad.  Y sin más como buena turista y visitante de la Corte y Villa de Madrid  unas cuantas fotos de mi paseo por el Museo Cerralbo.

 Escalinata Principal

 Un distribuidor de salas

Pasillos a las diferentes dependencias

Lo que más me ha gustrado : las lámparas








Importante colección de armas

El comedor principal

La sala de billar revestida como toda la mansión de obras de arte. pinturas, esculturas, relieves ...  imposible saber cuanto .


Techo decorado


Una de las salas más espléndidas, por poner un adjetivo. El salón de Baile.

El techo decorado del Salón de baile.

El recorrido se complementa con pequeñas estancias, dormitorios .... que dada tanta  ostentación se hace difícil el poder ver a su dueño disfrutándolos como tales. Según crónicas el marqués no usaba este palacio como vivienda sino como espacio para mostrar y disfrutar  sus valiosas colecciones .
Volvemos al Vestíbulo principal y por ahí a la salida. 

1 comentario:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Qué prciosas fotos Isabel!! Menudo agobio vivir rodeado de tanto oropel, supongo que por mucho que le gustara tan recargados espacios, no habría quién respirara ahí, aunque las lamparas y los techos por ejemplo, se ven maravillosos.
Besicos muchos.